martes, 7 de mayo de 2019

Celebración sádica

Los sádicos no ocultan que son sádicos. Los estúpidos no ocultan que son estúpidos. Sádicos son quienes gobiernan el muy "democrático" Occidente y estúpidos son quienes siguen a pies juntillas las manipulaciones de los medios de propaganda. Con Venezuela los tenemos juntos en el mismo lote.

¿Qué van a decir los estúpidos cuando sepan que los sádicos disfrutan con su sadismo? Nada, porque no lo sabrán o lo obviarán no sea que eso les lleve a pensar, y pensar no es lo suyo.

Los niñatos y las niñatas, blancos, por supuesto, que están ahora mismo desesperados porque el grueso del pueblo venezolano mantiene una resistencia admirable a los designios de EEUU aunque no sufren como ellos (es la lucha de clases) las consecuencias de la agresión, están de enhorabuena: su patrón acaba de hacer una celebración sádica del sufrimiento impuesto a la mayoría del pueblo de Venezuela. Aunque lo ha retirado de internet rápidamente después del rapapolvo de la ONU (¡por fin alguien decente aquí!), aún quedan algunos sitios donde ver ese sadismo. Como este, por ejemplo. O como este otro, ni más ni menos que la embajada del rey de los muertos vivientes en Brasil.

En síntesis, los sádicos celebran su sadismo de la siguiente manera:

- La refinería estadounidense Citgo está en manos del títere.
- 3.200 millones de dólares venezolanos están bloqueados en el extranjero.
- La producción petrolera está en menos de la mitad de lo que suele ser.
- 12 millones de barriles de petróleo no pueden ser vendidos por las sanciones a quienes lo compren.
- Hay menos mercados para el oro venezolano.

¿Alguna resistencia entre los sádicos? Por supuesto que no. Ni la menor crítica. Y eso a pesar de que el relator de la ONU del Consejo de Derechos Humanos sobre las medidas coercitivas unilaterales acaba de decir que "las sanciones punitivas contra Venezuela, Irán y Cuba son una violación de los derechos humanos y las normas del comportamiento internacional" y que tales acciones (las sanciones) "pueden precipitar catástrofes humanitarias hechas por el hombre de proporciones sin precedentes". Y se hace eco del informe publicado no hace mucho en el que se especifica que por lo menos 40.000 personas podrían haber muerto en Venezuela por las sanciones impuestas por el rey de la noche, el rey de los muertos vivientes, EEUU.

Os he dicho cientos de veces que al muy "democrático" Occidente, con sus más "democráticos valores", le importa una mierda el derecho internacional. Por lo tanto, a los sádicos les entrará por una oreja y les saldrá por otra la siguiente frase de este mismo relator, Idriss Jazairy: "la aplicación extraterritorial de sanciones unilaterales es claramente contraria al derecho internacional".

O esta otra: "el cambio de régimen a través de medidas económicas que pueden llevar a la negación de los derechos humanos básicos y, posiblemente, a la inanición nunca ha sido una práctica aceptada de las relaciones internacionales"

O esta: "la comunidad internacional debe unirse para cuestionar lo que equivale a un bloqueo que ignora la soberanía de un país, los derechos humanos de su población y los derechos de los terceros países que comercian con Estados sancionados, todo mientras constituye una amenaza para la paz y la seguridad mundiales". 

Tenéis el resumen del informe de este relator aquí.

Cualquier cosa que sirva en la batalla contra los sádicos es permitida, cualquier cosa que impida esta celebración sádica. Ya lo decían los romanos hace muchos, muchísimos años, "inadimplenti non est adimplendum". O sea, no hay que cumplir con quien no cumple. Y quien no cumple es el muy "democrático" Occidente.

Es decir, por ejemplo, que si Irán decide reanudar su programa nuclear y comenzar a enriquecer uranio contará con todo mi apoyo. Sin debate y sin fisuras. Porque es la inacción la que ha llevado a todo esto. La inacción y la estupidez. Que se lo pregunten a ese zombi que es la Unión Europea.

El Lince

1 comentario:

  1. Viendo como se pelean a Kim Jong Un EEUU y Rusia a Irán les debe doler todos los años perdidos

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