Un año del Donbás resistente (2)
El rublo y los bancos
Hay un proverbio chino que dice "tratando de escapar a
nuestro destino, no podemos dejar de aproximanos a él". En la Ucrania
neonazi de hoy lo que están haciendo es exactamente eso: tratando de impedir
que el Donbás se independice, están haciendo todo lo posible para que así sea.
Cuando el Donbás eligió iniciar su camino hacia la
autodeterminación lo hizo de forma pacífica, cívica, masiva. Votó y decidió.
Kiev y la muy democrática Europa y el más democrático aún EEUU, decidieron que
esa votación no valía, que no era más que una justificación de la injerencia
rusa e impusieron la guerra. Y se inventaron lo de las tropas rusas, la
invasión rusa, etc. Es decir, aplicaron a pies juntillas el viejo dicho de la
propaganda periodística: "no dejes que la realidad te estropee un buen
análisis". Si digo que hay rusos, hay rusos aunque la realidad diga otra
cosa. Mi análisis es impecable, la realidad no. Eso es lo que representa Kiev (y quienes le avalan).
Cuando el Donbás vio que en Crimea, que también realizó un
referéndum y se votó de forma masiva por la adhesión a Rusia, Ucrania respondió
cerrando la frontera, dejando de pagar las pensiones a los jubilados, dejando
de pagar los salarios a los empleados estatales, retirando el grivna (la
moneda ucraniana) del sistema bancario, cortando el suministro de energía eléctrica y
bloqueando todo tipo de suministro de bienes entendió: no es posible ningún
acuerdo con los nazis. Luego llegó la guerra, impuesta por Kiev, la Unión
Europea y EEUU. Y el Donbás la ganó, eso sí, con la ayuda material rusa, el
famoso "voentorg", el canal que siempre ha estado abierto y que ha
permitido a las milicias no sólo resistir, sino vencer. ¿No habla el
imperialismo del derecho a la defensa propia, como ahora está justificando la
agresión de Turquía contra el PKK? El lenguaje se ha pervertido hasta la
náusea, pero para cualquiera que no haya arriado la bandera de su capacidad
intelectual -y cada vez somos menos quienes la mantenemos ondeando, cada vez
son más los "realistas" y los "posibilistas"- el Donbás
tiene todo el derecho a ejercer la defensa propia contra la agresión neonazi.
Porque lo que le esperaba lo dejaron muy clarito nos nazis con la quema de la
casa de los sindicatos de Odesa. Un crimen que todavía, y ha pasado un año y
medio, sigue impune sin que ni Europa ni EEUU hayan siquiera amonestado a
Ucrania por la tardanza en la investigación.
Así que cuando la junta neonazi de Kiev, arropada por los
demócratas europeos y estadounidenses, comenzó la guerra y bombardeó ciudades
los resistentes del Donbás ya tuvieron claro que para nada iban a volver a
depender de Ucrania. Y entonces los nazis de Kiev hicieron lo mismo que con
Crimea: se negaron a pagar pensiones y salarios, bloquearon el gas y la
electricidad, dificultaron las transacciones financieras con grivnas...
Cuanto más hacen los neonazis de Kiev por tratar de escapar
de lo inevitable, de la separación del Donbás, más acerca al Donbás a la
independencia. Y el Donbás se ha puesto a ello. Si tienen problemas de este
tipo, lo que había que hacer es crear su propio sistema fiscal y financiero.
Así que ya tiene un sistema bancario propio, débil aún, incipiente, pero
propio. La única lucha contra los oligarcas que, por ahora, han llevado a cabo
las dos repúblicas populares de Donetsk y Luganks ha sido nacionalizar sus
bienes sólo si han tomado partido por la junta de Kiev. Y lo mismo han hecho
con los bienes que pertenecían al estado ucraniano. Sobre todo, los bancos.
Así se ha creado el Banco Central de la República de
Donetsk, que es donde se centraliza toda la ayuda social de la que os hablaba
el miércoles aunque se me olvidó mencionar un dato: esa ayuda social abarca al
menos a un tercio de la población del Donbás. Sólo en el caso de Donetsk se
calcula que hay 700.000 personas "socialmente vulnerables" y, de
ellas, medio millón son pensionistas a quienes la junta neonazi de Kiev ha
dejado sin pensiones desde hace un año. En Luganks las pensiones se están
pagando desde el mes de abril, pero a través de la Empresa Unitaria Estatal de
Correos. En esta república popular se incluye también a las madres solteras y a
los húerfanos de guerra en los pagos que hace el, digamos, Estado.
Las dos repúblicas populares están estudiando unificar sus
sistemas de pago, aunque quien ha avanzado más en el proceso de independencia
bancaria es Donetsk. El BCR ha dado un salto espectacular al pasar de ofrecer
sólo servicios al Estado y a personalidades jurídicas, es decir, a empresas a comenzar a operar con
cuentas corrientes de ciudadanos normales. Esto ha comenzado a realizarse en
marzo de este año y ya se está generalizando el uso de la tarjeta bancaria que
os mostré el miércoles.
Donetsk y Luganks han creado la Confederación de Nueva
Rusia. El proceso de unificación va muy lento y, por el momento, cada uno
quiere ir por su lado. Eso ha frenado en seco las aspiraciones de contar conuna moneda propia, aunque sí han decidido dotarse de un sistema multimoneda: el
grivna ucraniano, el dólar estadounidense, el euro europeo y el rublo ruso. Las
dos primeras monedas desaparecerán progresivamente, el grivna este mismo año y
el dólar el primer semestre del que viene (aunque mientras esté tan fuerte como
el euro será difícil que desaparezca de hecho), mientras que el euro se
mantendrá al menos todo el 2016. Por lo tanto, el Donbás queda virtualmente
unido a Rusia a través de su moneda. Así será más fácil todo, desde la compra
de bienes que llegan desde Rusia hasta la integración política y económica en
el futuro.
Con este sistema multimoneda el Donbás hace algo de lo que
os hablaba el miércoles: legalizar, de hecho, el mercado negro, muy abundante,
y hacer aflorar la economía sumergida. ¿Recordáis lo de los licores ilegales?
Pues eso y otras cosas. Por ejemplo, controlar la venta ilegal de carbón,
crucial en el invierno puesto que la temperatura media en esa zona no sobrepasa
los 3 grados centígrados. En una situación de guerra hay gente sin escrúpulos,
que busca un enriquecimiento fácil. Son los especuladores, y alguno de ellos ha
sido fusilado. Eso es lo que están intentando atajar porque de no hacerlo el
mercado negro se convertiría en un cáncer que aplastaría cualquier ansia
emancipatoria: alcanzaría a la ayuda humanitaria que llega desde Rusia, incluso
a las armas y a los automóviles. Es un parche, sin duda, que se queda a medias
en el proceso de independencia tal vez para no molestar a Rusia pero dejando
abierto el camino, listo sólo para recorrerlo cuando desde Moscú se dé luz
verde.
No obstante, el paso dado es enorme puesto que también
permite recibir, y transferir, dinero. Ya el lunes os mostraba una tarjeta de
crédito con la imagen de la Tumba de Saur, el memorial soviético que se
defiende a capa y espada en el Donbás, el símbolo del antifascismo. Pues bien,
eso pone de manifiesto que ya hay un sistema bancario propio y en
funcionamiento y, lógicamente, ya se están recibiendo las primeras
transferencias de dinero. No sólo desde Rusia, sino sobre todo desde Osetia del
Sur. Esto es importante porque Osetia del Sur es el único país que ha
reconocido a las repúblicas de Donetsk y Luganks como entidades independientes
de Ucrania. A su vez, Osetia del Sur es reconocida por Rusia, Nicaragua, Venezuela y Nuaru, mientras que Vanuatu y Tuvalu han reconocido la independencia de Osetis del Sur sólo parcialmente. Eso significa que el Donbás puede, a través de Osetia, llegar a los mercados de esos países aunque, como es lógico, el más importante es Rusia.
Los neonazis de Kiev, al enterarse -las informaciones las ha
hecho públicas la República Popular de Donetsk anunciando, además, que hay operativas 221 oficinas del BCR- han puesto el grito en el cielo
y afirman que "se están vendiendo equipos ucranianos" al exterior.
Dirán lo que quieran, pero lo cierto es que ya hay un sistema bancario
totalmente autónomo conectado con el exterior y que Osetia del Sur se convierte
en el punto a través del cual entrará y saldrá dinero desde el Donbás sin tener
que pasar necesariamente ni por Rusia ni, sobre todo, por Ucrania. La
independencia financiera es ya un hecho.
Esto significa que las repúblicas populares de Donetsk y
Luganks pueden ya cobrar sus propios impuestos y que es un dinero que no va a
ir a Ucrania. Por lo tanto, la situación de los neonazis sólo puede empeorar y
es por ello por lo que ahora están concentrando hombres y material para volver
a relanzar la guerra. El Donbás está pagando ya a los jubilados, que llevaban
casi un año sin recibir sus pensiones por el bloqueo ucraniano, está
protegiendo a quienes han sido desprotegidos por los neonazis de Kiev. El lunes
os hablaba de las "panaderías sociales". Es solo un gesto, pero
necesario.
Rusia sigue insistiendo que el Donbás tiene que continuar
siendo parte de Ucrania. Desde hace ya un año en Rusia no se habla de Nueva
Rusia y por eso impulsó los II Acuerdos de Minsk, que acaban de cumplir seis
meses sin que se haya desarrollado un solo punto por parte de la junta neonazi
de Kiev. Rusia quería parar la confrontación militar y buscar la forma de
llegar a un acuerdo político. No lo ha logrado, pero de ello hablaré en la
próxima entrega.
El Lince
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