lunes, 10 de agosto de 2015

Un año del Donbás resistente

Os prometí hace un tiempo volver a analizar lo que pasa en el Donbás. Así que vamos con ello aunque haciendo antes un pequeño rodeo por Ucrania.

1.- La junta neonazi de Kiev está fracasando estrepitosamente en su política de ocultar el número de muertos que le ha causado la agresión al Donbás. La población ucraniana, sobre todo el Comité de Madres de Soldados, ha comenzado a sacudirse el yugo del miedo y a dar la cifra real de muertos, heridos y desaparecidos, para lo que ha recurrido no sólo a sus propias vivencias, sino a algo tan sencillo como recopilar las notas necrológicas que aparecen en los periódicos ucranianos. Así, el Ministerio de Defensa se ha visto obligado a reconocer que el número de muertos es "cercano a los 2.300" a los que hay que sumar 273 desaparecidos. Lejos, muy lejos de las cifras que daban las madres en marzo (6.305 muertos y 2.520 heridos) pero muchos más que los reconocidos hasta ahora de forma oficial, que eran 1.924 muertos. No debe sorprender a nadie que la junta neonazi de Kiev se niegue a dar una cifra exacta, máxime si se tiene en cuenta que los hospitales tienen prohibido dar información alguna de los muertos y heridos que entran en sus dependencias. 

Pese al reconocimiento del Ministerio de Defensa, la cifra sigue siendo baja hasta el ridículodado que, de nuevo por  impulso de las madres, se tuvo que reconocer que el número de soldados muertos en Ilovianks, uno de los primeros desastres de los neonazis, fue de 459 muertos y 478 heridos (reconocimiento hecho el 18 de abril) y que en el aeropuerto de Donestsk, recuperado por las milicias populares en mayo, se han encontrado 509 cadáveres de soldados ucranianos. Luego sólo en estas dos batallas ya el número de soldados nazis muertos es la mitad del reconocido oficialmente. Si se tiene en cuenta que la siempre parcial Cruz Roja ha dicho que en la última gran batalla, la de Debaltsevo, la que provocó el segundo Acuerdo de Minsk, los ucranianos sufrieron 1.200 muertos, ya tenemos sólo en estas tres batallas el número total de muertos que reconoce la junta neonazi. 

La cifra que está circulando por internet es de 38.688 soldados y voluntarios nazis muertios, pero seré cauto y me quedaré con la cifra de las madres que es, os recuerdo, de marzo.

Aquí tenéis uno de los cementerios que se han construido en Dniepropetovsk y uno de los entierros masivos. 






2.- Pese a ello, la estupidez neonazi no tiene parangón. He aquí cómo se presenta a la juventud la guerra contra el Donbás. La segunda viñeta no tiene desperdicio; la chica, muy mona y a la última, está metiendo en una máquina de picar carne las manos de los milicianos (si ampliáis la imagen veréis pulseras con la Cinta de San Jorge, que saca de unas cajas con la estrella con los colores de la bandera rusa y, otra vez, la Cinta de San Jorge, el símbolo del antifascismo en el Donbás).



3.- La Oficina Estatal de Estadísticas ha dado a conocer otros datos esclarecedores de lo bien que lo está haciendo la junta neonazi y lo bien que está cumpliendo con las exigencias de la UE y del FMI. El salario mínimo está en 42 euros mensuales (en 2010 era de 53), pero el coste de la vida ha aumentado el 108%. Por ejemplo, el aceite de girasol ha aumentado su precio el 200%, las frutas el 197%, los huevos el 181%, el pan el 175% o la pasta y el pescado el 171%. El sueldo medio es de 357 euros mensuales.

4.- Se está acabando el verano y vuelve el invierno. Mientras que las provocaciones armadas de los neonazis con cada vez más frecuentes, como si se estuviesen preparando para la útlima ofensiva antes de ese crudo invierno, las cifras están ahí. Poroshenko está privatizando todo lo habido y por haber -exigencias europesas y del FMI- y eso ha provocado un aumento de los precios espectaculares: la luz ha subido el 133% y el agua el 176%, lo que ha provocado las primeras y significativas protestas ahogadas no por la policía, sino por los nazis del Sector Derecho. La democracia está bien si protestas contra Rusia, pero si protestas contra la junta de Kiev ya no se puede.

Ucrania vuelve a intentar un acuerdo favorable con Rusia para el gas, que ha subido su precio el 553% desde el verano pasado, y acusa a Moscú de esa subida porque se niega a mantener el precio subvencionado que acordó con el depuesto Yanukovich. Y eso que aún hay subvención porque Ucrania paga 100 dólares menos del precio de mercado.

5.- La censura sigue a la orden del día y ya hay una lista de 200 autores, cineastas, escritores, músicos y cantantes rusos con sus obras prohibidas en Ucrania. En ella se incluyen también ucranianos que han escrito en ruso y que son considerados "traidores a la patria". Ayer se incorporaron 14 nuevos nombres a esa lista.

6.- La ONU sigue con sus cuentos de hadas sobre la erradicación de la pobreza en el mundo (ya no habla de los Objetivos del Desarrollo del Milenio, ahora es Objetivos del Desarrollo Sostenible) y Ucrania, que es miembro no permanente durante dos años del Consejo de Seguridad, se ha tenido que retratar: ha admitido que este 2015 la pobreza ha aumentado el 33% y que "uno de cada tres hogares con niños se encuentra por debajo del umbral de pobreza, llegando la cifra al 42% cuando hay tres o más hijos".

Supongo que no hacen falta más comentarios.

El Lince


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