miércoles, 22 de noviembre de 2017

No hay honor entre los ladrones

Occidente es hoy el principal sostenedor del fascismo y del racismo en todas sus formas. Como buena metrópoli que ha sido de la práctica totalidad de los pueblos del mundo y que le gustaría seguir siendo. Quienes aún os creéis el cuento para niños de los "valores occidentales" tenéis un nuevo motivo para hacerlo. Como decía con la película "Sopa de ganso", tenéis que creer el cuento que os cuentan, no lo que vean vuestros ojos.

En esta ocasión os voy a ayudar a que vuestros ojos vean porque los propagandistas habituales, antes llamados medios de comunicación, no lo van a hacer. El relato es único; lo que ven los ojos, también.

Estos días la ONU está terminando su 72 período de sesiones. Es decir, que lleva 72 años haciendo lo mismo. Entre las cosas de las que se ocupa hay de todo tipo, pelaje y condición (este año se van a tratar 168 cuestiones en total) y no es que sirvan para mucho, excepto para ahogar a los pueblos como ocurre ahora mismo con Corea del Norte y las sanciones que se le impusieron en septiembre y que han dejado al país, literalmente, a dos dedos de la muerte.

Una de las resoluciones, que se viene presentando desde el año 2005, tiene que ver con la condena de la glorificación del nazismo y del racismo en todas sus formas y fue votada el pasado 16 de noviembre. Desde hace cuatro años, hay dos países que la rechazan, EEUU y Ucrania, mientras que todo el resto de países occidentales (incluyendo en ellos a Japón y Corea del Sur) se abstienen. El resultado ha sido 125 votos a favor de la condena del nazismo, 2 en contra y 51 abstenciones. No es la primera vez que os hablo de ello, ya lo hice en otras ocasiones y el patrón de comportamiento occidental sigue siendo el mismo.

Es conmovedor ver a gobiernos supuestamente progresistas, como los de Portugal (donde están los comunistas en el mismo) o de Grecia (con la inefable Syriza) absteniéndose en la votación para no romper la unanimidad de la Unión Europea. Y luego hay gente que dice ir de "progre" y que defiende que la moribunda UE es necesaria (Varoufakis, por ejemplo) y que se puede reformar. Si no son capaces de romper la disciplina en algo tan inocuo como una resolución de la ONU que no obliga a nadie puesto que las resoluciones que aprueba la Asamblea General solo tienen un valor moral, apaga y vámonos.

Lo he dicho y lo repetiré: dentro de la UE no hay vida (como también pone de manifiesto lo ocurrido con Catalunya), y solo es posible vivir fuera de la misma. Esta votación, aunque simbólica, tiene el valor de poner a cada quien en su lugar y en hacer ver -pero para eso hay que tener los ojos abiertos o, al menos, no creer lo que te dicen sobre los famosos "valores occidentales"- que la extensión del fascismo en todo el mundo no es casual: el fascismo es una manifestación del capitalismo cuando los privilegios de la burguesía están en peligro, cuando no basta el liberalismo para defenderlos.

No hay argumentación alguna para defender esta postura de apoyo tácito al nazismo por parte de la UE. Sí la hay por EEUU y deja a las claras qué es ese hatajo de ladrones a quienes se conoce como Occidente: "Esta resolución es un juego de poder anual de una nación sobre sus vecinos soberanos. Intenta ejercer una esfera de influencia sobre una región y se esfuerza por criminalizar la libertad de expresión sin ningún esfuerzo genuino para combatir eficazmente el nazismo real, la discriminación o el antisemitismo", dijo la representante de EEUU y sus lacayos europeos aplaudieron.

Porque se da la circunstancia de que esta resolución es presentada por Rusia (país al que alude EEUU) junto a Bielorrusia, Kazajstán, China, Cuba, Venezuela y Angola. Es decir, que tres de los países que sufrieron directamente la barbarie nazi cuando formaban parte de la URSS lo único que hacen es un juego de poder y criminalizar la libertad de expresión según el muy democrático Occidente, ese que da lecciones a todos. Basta señalar que Rusia, Bielorrusia y Kazajstán decidieron presentar en 2005, y desde entonces todos los años, esta resolución como muestra de su rechazo al revisionismo y falsificación histórica que se viene haciendo en Occidente sobre a derrota nazi que se debió, en un 80%, al Ejército Rojo y a la minimización de los casi 30 millones de muertos (la mitad del total que hubo en la II Guerra Mundial) causados entre la población soviética. Lo mismo vale para China, con su denuncia del fascismo japonés. Y, por cierto, Israel votó a favor de la resolución.

En la resolución se dicen cosas como ésta:

4. Expresa profunda preocupación por cualquier forma de glorificación del movimiento nazi, del neonazismo y de quienes fueron en su día miembros de la organización Waffen-SS, por medios como la construcción de monumentos conmemorativos y la organización de manifestaciones públicas para glorificar el pasado nazi, el movimiento nazi y el neonazismo, así como mediante la declaración o el intento de declarar a esos miembros y a quienes lucharon contra la coalición antihitleriana y colaboraron con el movimiento nazi participantes en movimientos de liberación nacional.

O esta otra:

15. Destaca que las prácticas descritas anteriormente deshonran la memoria de las innumerables víctimas de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la Segunda Guerra Mundial, en particular los cometidos por la organización SS y por quienes lucharon contra la coalición antihitleriana y colaboraron con el movimiento nazi, y pueden influir negativamente en los niños y los jóvenes, y que el hecho de que los Estados no adopten medidas eficaces para acabar con esas prácticas es incompatible con las obligaciones que incumben a los Estados Miembros de las Naciones Unidas en virtud de su Carta, incluidas las relacionadas con los propósitos y principios de la Organización.

Por si tenéis interés en la votación, la podéis ver aquí.

Cuando se ve a Occidente respaldando sin matices a los nazis ucranianos, cuando se ve a la OTAN elevando a la categoría de héroes a los colaboracionistas de los nazis en los países bálticos (que también se han abstenido) y cuando el ascenso del fascismo es alentado por todo el capital europeo, con marchas de neonazis institucionalizadas, se pone de relieve que no hay honor entre ladrones.

Porque eso es hoy Occidente, una cueva de ladrones que dice que tiene valores democráticos aunque lo que ven los ojos es el uniforme nazi que envuelve su bandera.

El Lince

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