sábado, 6 de febrero de 2016

La oficina casi embajada

Hace unos días planteé dos hipótesis del por qué los rusos no habían insistido en la presencia de los kurdos en las conversaciones de Ginebra. Ahora tengo la respuesta. La ruptura de la ruta de suministros de la "contra" siria, los extremistamente moderados o moderadamente extremistas, en el norte de Alepo que supuso la unión de los territorios controlados por el gobierno sirio junto a dos localidades enclaustradas en el cantón kurdo de Efrín, ha ido acompañada de un avance conjunto entre las fuerzas del gobierno sirio y Hizbulá, por una parte, y de los kurdos, por otra. Así, mientras las primeras ocupaban dos nuevas localidades en esa zona, avanzando hacia la frontera con Turquía, los kurdos hacían lo propio con otras dos. Aunque la bandera que aparece en este mapa es la que utiliza el Gobierno Regional del Kurdistán iraquí para ilustrar el terreno bajo control kurdo y no la de Rojava, sirve para reflejar a la perfección lo que acabo de decir.


La ofensiva sirio-kurda está clara: cortada hace tres días la ruta, ahora se trata de capturar totalmente la principal vía de carreteras por la que Turquía suministra armas, municiones, material de todo tipo y hombres a los "contras" moderadamente extremistas o extremistamente moderados. Este es el mapa que lo ilustra todo y lo interesante del caso es que está elaborado por estadounidenses, con lo que vienen a demostrar o bien su desesperación o bien indica un reconocimiento de lo que está ocurriendo.



Nada ocurre por casualidad. Una de las hipótesis que planteaba hace unos días era que Rusia ha decidido que es mejor apoyar a los kurdos sobre el terreno que insistir en que estuviesen en Ginebra. De hecho, ya se había producido más de una colaboración militar en la misma zona y ha habido conversaciones directas de generales rusos con dirigentes militares kurdos para lanzar una ofensiva conjunta sobre Jarablús, en la provincia de Alepo y enclave estratégico porque en la práctica controla el flujo del agua del río Éufrates. Esto supondría una advertencia clara tanto a EEUU como a Turquía porque serviría para avanzar hacia la confluencia de los cantones de Rojava y crear una unidad administrativa única unificando todos los cantones. 

Pues bien, esta es la hipótesis correcta de lo que está pasando y de la relación entre los kurdos del Partido de la Unión Democrática, la rama del PKK en Siria, y Rusia. 

El PUD acaba de suscribir un acuerdo con Rusia para abrir una oficina en Moscú. Así, como suena. La apertura de la oficina tendrá lugar el 10 de febrero y a ella asistirán tanto representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso -lo que otorga a la oficina un rango "cuasi oficial"- y los dirigentes de los partidos políticos rusos. Es decir, que desde el primer momento, la oficina kurda actuará como una embajada. Legalmente, la oficina kurda ha recibido el estatus de "organización pública registrada en el Ministerio de Justicia". 

Habrá que estar muy atentos a la reacción de Turquía a este hecho. El nerviosismo de Ankara es claro. A la pérdida de influencia en Siria, con la derrota de sus patrocinados, se une ahora un movimiento por parte de Moscú que implica, de hecho, el reconocimiento de los kurdos no ya como pueblo, sino casi como Estado.

Es por ello que leyendo las páginas kurdas, y las de las organizaciones que apoyan a los kurdos, se puede encontrar uno con expresiones como "las fuerzas legitimistas", en referencia a las del gobierno sirio, mientras que las de los extremistamente moderados o moderadamente extremistas siguen siendo "la oposición". El lenguaje no es inocente. Los kurdos están construyendo un nuevo discurso y son conscientes de cuál es la correlación de fuerzas en estos momentos.

Los cambios en la situación desde que Rusia acudió al llamado del gobierno sirio son de tal calado que obliga a todo el mundo a hacer movimientos estratégicos. Los kurdos lo han hecho ya. Otros están tan noqueados que son incapaces de realizar un mínimo movimiento siquiera, más allá de las bravatas. Por ejemplo, Arabia Saudita dice que puede enviar tropas a Siria. Hacía tiempo que no me reía tanto con las estupideces de Occidente y sus vasallos. Arabia Saudita, que es incapaz de avanzar un milímetro en Yemen, ¿va a enviar soldados a Siria? Cualquiera de los que combaten allí se les comerían con patatas. EEUU está presionando para que haya "tropas árabes sobre el terreno", pero si se da el caso no serán más que unos cuantos soldaditos para cubrir el expediente, en plan de asesores o entrenadores de los "contras".

Turquía no está en mucha mejor situación. El único movimiento que puede hacer es cruzar la frontera Siria, pero eso son palabras mayores porque Rusia no lo va a consentir. En cualquier caso, Turquía necesita el apoyo de la OTAN para hacerlo, y aquí está el gran problema. Si la OTAN vuelve a apoyar a Turquía en una agresión de este tipo -como hizo con el derribo del avión ruso- estaremos a un paso, literalmente, de una guerra extensa, mucho más allá de Siria. La locura es ahora el único síntoma que se percibe en Ankara y estamos al borde del abismo.

El rápido avance del gobierno sirio está provocando movimientos inesperados incluso en EEUU. Las críticas a Turquía comienzan a circular y se habla de forma abierta de "arrogancia y errores graves en la política interior y exterior turca". El más importante, la postura respecto a Siria: "la resistencia tenaz del régimen de Assad ha provocado que las ambiciones de política exterior turca hayan llegado a su fin" (...) "Siria cambió todo. Ankara comenzó a perder a sus militantes islamistas, los kurdos han ampliado considerablemente su influencia -lo que llevó a que Ankara rompiese los acuerdos alcanzados con el PKK por miedo- y realizó un movimiento descuidado con el derribo del avión ruso que generó una serie de respuestas de Moscú en los ámbitos económico, político y militar" (...) "En estos momentos, Turquía no tiene política exterior. Todo está bajo la omnipresencia de Erdogan. Todo es un producto de su mundo, de sus caprichos, de sus preferencias".

Leer estas cosas era impensable hace tres meses. Ahora son comunes. El día 10 está muy cerca, la oficina del PUD en Moscú va a mostrar cuál es el grado de locura que hay en Ankara. La reacción puede ser impredecible. Erdogan está jugando a la ruleta rusa y sólo cuando la bala dé en su cabeza se acabará la locura. O cuando la ofensiva sirio-kurda logre recuperar la ciudad de Azaz y consolidar el "caldero" de Alepo.

El Lince

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