Matar, vivir, soñar

Dentro de poco volveré a hablar del Donbás, con el acuerdo de Minsk muerto por los neonazis de la junta de Kiev (lo que pone de manifiesto que, objetivamente, favorecía las aspiraciones de las repúblicas populares de Donetsk y Luganks) y la enésima subordinación de los vasallos europeos a los intereses de EEUU.

No veo muchos análisis de lo que está ocurriendo, más allá de reproducir tópicos. Pero para abrir boca, voy a poneros unos cuantos vídeos que me han llegado.

El primero, una muestra de la Ucrania de hoy en la angelical cara de una niña.

Como supongo que sabéis que no hay nazis en Ucrania, como repiten una y otra vez los medios de propaganda occidentales, lo de esta niña es, claro está, una excepción, algo simpático, aunque de mal gusto, dirán los imbéciles de turno. Os lo traduzco: los orgullosos padres, que le ríen la gracia, preguntan "¿Marianoska, vas a apuñalar a los rusos?" y la niña responde "Sí, voy a apuñalar a los rusos. ¡Sieg Heil!". Os pongo otra excepción, por supuesto, para demostraros que no hay nazis en Ucrania. La excepción no es el saludo nazi, sino el chaval que no lo levanta y que tiene cara de asco. Este chaval es la excepción, el anti-nazi en Ucrania.

El Donbás es otra cosa, profundamente antifascista.

Minuto 4'30, una niña interviene en un acto y dice "el Donbás está ardiendo, llorando; nuestras estepas están ardiendo, una madre grita, una esposa llora, nuestros niños mueren; los nazis llegan, Aydar [un batallón nazi] ataca; todos los seres vivos son barridos; perdónanos, madre tierra, ¿por qué se está haciendo ésto? El enemigo nunca conquistará el Donbás, el pueblo del Donbás nunca doblará sus rodillas y la paz llegará, la madre tierra vivirá y los niños jugarán."

Así que por ella, por todo el pueblo del Donbás "Mi mano se ha convertido en un puño".

El Lince