jueves, 23 de marzo de 2017

Un paso adelante, ¿dos atrás?

Sí, esta frase de Lenin es tan dicha que ya corre el riesgo de ser manida. Hasta los sectores de la otra derecha (antes llamada izquierda, debe ser de lo poco que les queda en la cabeza) la utilizan para atacar a la derecha clásica. Por ejemplo, es lo que vi no hace mucho en Guatemala en un pretendido debate sobre la impunidad y las medidas que la derecha clásica quería poner en marcha para "combatirla". La impunidad de gobiernos, ejércitos, policías y empresarios en este país, como en otros de América Latina (y de otros lugares, como el Estado español) supongo que no hará falta que se explique. Todo en aras de la "paz", olvidando que la paz tiene dos vertientes, una positiva (resolución de las causas que generaron un conflicto) y otra negativa (ausencia de conflicto sin tocar las causas que lo generan).

Yo la voy a utilizar casi en el mismo marco que la utilizó Lenin: una crítica a Rosa Luxemburgo, es decir, una crítica entre revolucionarios. No es que yo lo sea, ni tampoco alguien de quien voy a hablar, pero viene muy a cuento.

Os he dicho por activa y por pasiva que la única organización política que cuenta con mis respetos en el Estado español (España, para otras latitudes) es la Candidaduta d'Unitat Popular catalana. La CUP va a apoyar los presupuestos del gobierno catalán, unos presupuestos en los que la CUP reconoce que no ha podido influir y que se ubican dentro del marco español, por lo que quedan lejos de las aspiraciones tanto independentistas como anticapitalistas. Una de las principales, la desprivatización (o nacionalización, o remunicipalización) para recuperar el control de servicios públicos tan esenciales como la sanidad o el agua, por ejemplo.

La CUP dice que ha hecho un "ejercicio de realismo" apoyando las cuentas pero con la pretensión de reorientar los gastos para cubrir las necesidades de la población, es decir, realizando reasignaciones presupuestarias a lo estructural y no a lo asistencial, aunque reconoce que ésto no lo ha conseguido. Lo ha hecho porque el debate interno que tiene, permanente, indica que había que dar un paso adelante para empujar a la burguesía en la realización del referéndum sobre la independencia. Es decir, se ha dado primacía a lo nacional sobre lo social. Como la propia CUP reconoce, "no hay independencia que tenga sentido si no es para vivir con dignidad". 

Pero ha dado el paso apuntando que el "referéndum es la llave que abre todas las cerraduras", la primera el chantaje que durante meses ha hecho la burguesía catalana vinculando la aprobación de los presupuestos a la celebración del referéndum. Ahora ya no tiene ninguna excusa para realizarlo. La CUP da un apoyo condicionado a que se haga, un apoyo con fecha de caducidad que pone en septiembre de este año. 

Se va a ver ahora, por lo tanto, si quienes dicen defender el voto están o no por la labor. Me refiero a los wahabíes seculares (los antes llamados progres), que andan mareando la perdiz un día sí u otro, también. Ahora sería necesario que todos aquellos que dicen estar comprometidos con la democracia y los derechos sociales confluyesen en la defensa del derecho a la autodeterminación. Eso sí sería una muestra de "ruptura democrática", como tanto les gusta decir a algunos, con el régimen post-franquista, sin pedir permiso ni perdón, es decir, actuar como hace siempre la CUP.

Porque hay quien sí pide permiso y poco menos que perdón. Es el caso del Ayuntamiento de Barcelona (que gobierna Barcelona en Comú), que en su pelea con las grandes compañías eléctricas, acaba de adoptar una postura que no ha gustado a nadie (a excepción de a una de esas grandes compañías). O ha gustado a muy pocos, por ser algo más exacto.

Quienes sigáis esta página sabréis que el Ayuntamiento puso en marcha un concurso para el suministro de luz a la ciudad en el que establecía el compromiso de que la empresa que resultase elegida tendría que firmar un convenio aceptando hacerse responsable del 50% de la factura de la pobreza energética. Las grandes compañías no se presentaron, pero recurrieron esa cláusula. Como es habitual, los jueces del sistema fallaron a su favor pese a no presentarse. Ahora el Ayuntamiento ha decidido que, de forma provisional, por tres meses, Endesa (que no se presentó e interpuso el recurso junto a Gas Natural) va a cubrir dos tercios del suministro y Nexus, que sí se presentó, la otra parte que el ayuntamiento vincula a la "energía verde".

El Ayuntamiento lo llama "un contrato puente" hasta que se resuelva el recurso interpuesto contra esa sentencia que favorece a las grandes compañías. Pero el Ayuntamiento pide un "por favor". Pide que, por favor, (en el lenguaje político dice "insta") las empresas a quienes se ha otorgado el contrato firmen la cláusula de la pobreza energética. Vamos a verlo. Nexus seguro que lo firma, Endesa está por ver. Y está por ver la respuesta del Ayuntamiento si no lo hace.

Tal vez curándose en salud, el Ayuntamiento de Barcelona dice algo que ya sugerí: crear un operador municipal energético. El Ayuntamiento dice, textualmente: "este es el último concurso de suministro eléctrico previo a la puesta en marcha de la comercializadora de energía eléctrica municipal". Y añade: "la comercializadora gestionará de manera integrada la generación de energía eléctrica de fuentes renovables y la comercialización de los excedentes como los consumos, en su caso, en los hogares de la ciudad y los entes municipales".

Al mismo tiempo, y para aminorar las críticas, el Ayuntamiento ha suscrito un acuerdo con la Alianza contra la Pobreza Energética y un colectivo de los bomberos de la Generalitat que permita cuantificar y determinar las víctimas de la pobreza energética, así como detectar los casos que no estaban siendo seguidos por los servicios sociales municipales. La presencia de la APE es esencial, así como la de los bomberos porque sirve para que los informes determinen si cuando se produce un incendio es consecuencia de la pobreza energética y este es el punto donde siempre se escudan las grandes compañías.

La CUP ha puesto un plazo hasta septiembre por su paso adelante. El Ayuntamiento de Barcelona habla de tres meses (aunque se puede renovar por otros tres el convenio que acaba de firmar de suministro de energía) como plazo para ir hacia el operador municipal energético. Luego estamos en septiembre como el mes crucial para ambos. Esperemos que este paso adelante no suponga luego dos pasos atrás.

El Lince

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